Bucaramanga, mayo 28 de 2025
Señores
Consejo Superior
Universidad industrial de Santander
Estimados consejeros.
Nos dirigimos a ustedes con el ánimo de compartir una preocupación que ha surgido tras el proceso de elección rectoral.
Como es de conocimiento general, muchos profesores, administrativos y miembros de la comunidad universitaria participaron activamente en las campañas, ejerciendo su legítimo derecho a apoyar las ideas, propuestas y liderazgos que consideraron más pertinentes para el presente y futuro de nuestra Universidad. Sin embargo, con gran preocupación se han presenciado una serie de acciones que, de manera sistemática, parecen estar dirigidas a tomar retaliaciones (castigar) contra quienes no apoyaron al candidato ganador.
Se ha reportado que algunos profesores y administrativos que formaron parte activa del equipo de la profesora Elena Stashenko no han visto renovados sus contratos o han sido trasladados a condiciones laborales que, objetivamente, resultan desfavorables. Incluso, a profesores que cumplían funciones como coordinadores de posgrados, no se les han renovado las designaciones a pesar de contar con el aval de su respectivo director y consejo de escuela, así como su probada idoneidad y compromiso.
Desde un punto de vista ético, filosófico e incluso político (en el sentido del arte de gobernar), resulta sorprendente que en un espacio académico como el nuestro —que debe nutrirse del disenso, del pensamiento crítico, la construcción colectiva, el ejercicio ejemplar de la democracia participativa y de la confrontación de ideas— se pretenda imponer políticas de retaliación que silencia las voces divergentes. En la universidad la pluralidad debe estar garantizada como el principio constitucional fundamental que es, de ninguna manera se debe tomar como una concesión de buena voluntad. La existencia de pensamiento alternativo es una condición indispensable para evitar el autoritarismo, enriquecer la deliberación colectiva y asegurar la transparencia institucional.
Más allá de las simpatías políticas o administrativas, el trato que se dé a quienes piensan distinto habla del talante democrático de una administración, en concordancia con los principios constitucionales que nos rigen como sociedad. El hecho de que se castigue o desincentive la libre participación política dentro del marco institucional y legal no solo va en contravía de los valores universitarios, sino que genera un ambiente de temor, inconformismo e inmovilidad que contradice la esencia misma del pensamiento académico.
Por ello, hacemos un llamado a la comunidad universitaria para que reflexionemos colectivamente sobre los riesgos que implica aceptar y normalizar este tipo de prácticas. La dignidad de nuestros compañeros y el respeto por la libertad de conciencia no deben estar supeditados a lealtades coyunturales.
Por lo tanto, instamos a la dirección de la Universidad a velar con imparcialidad por el bienestar de todos, sin distinción por sus posturas durante el proceso electoral. Solo así podremos seguir construyendo una universidad verdaderamente incluyente, plural y justa.
Junta Directiva
Asociación de profesores UIS - ASPROUIS